Desde que llegué a este cuarto
albergo para mí
una incomensurable primavera.
Y parece que la invernalidad,
el estío,
o el precipitado otoño de Granada,
no tienen espacio en mi vida.
Desde que llegué a este cuarto
mi vida se trasladó al
Trópico de Cáncer
o de Capricornio.
Esa noche sin saberlo,
devolviste para siempre
a Perséfone al regazo de su madre.
2 comentarios:
Perséfone y Deméter, de camino a su morada, tocaron con sus lágrimas de gozo, los blancos jacintos, los narcisos gualdas, y las azucenas enamoradas.
:)
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