miércoles, marzo 3

Mudanzas


Es muy triste ver que tu vida se reduce a cajas... meras cajas llenas de cosas, el 90% prescindibles. A una montaña de zapatos. Es muy triste ver que cuando se han llevado las cosas que tienen utilidad (menaje, sábanas, electrodomésticos o incluso el marujil carrito de la compra) no te quedan más que recuerdos vacíos ya de significado alguno. O con un significado cruento, retorcido: el desamor, que no es más que el sentimiento más visceral, más egoísta y más anti-amor. Pero prefiero sentirme egoísta y repugnantemente malvada que ser un objeto a tu disposición. Porque ahora no es el momento de elegir entre ser tu amiga o tu mitad. Alimentaste mi ilusión recorriendo mis lugares más secretos e inexplorados, acompañándome en cada trance, organizando eventos que me daban un lugar en tu vida, para luego dejarme en un rincón sucio y hacerme sentir culpable por cada ocasión que salía del rincón sucio a respirar, a sentirme menos inútil, menos fea, menos....
Y ahora te sorprende mi rabia a contratiempo...! No te preocupes, sólo me has perdido en una mudanza cual calcetín raído.