jueves, septiembre 25

La alegría de la coraza

Es bonito caminar en el alambre. Saber que estás vivo porque sientes miedo. Es bonita la ausencia de esos besos preparados, monótonos y fríos como el chopped de marca blanca del pasillo de refrigerados.
Brutal el pellizco del estómago. El vértigo. La adrenalina... La caída. Tocar el vacío. Y descubrir al morder el polvo que tu vacío está más lleno que la mayoría de vidas (im)perfectas y grises como un rigor mortis.
Es maravilloso no conformarse. Construir con risas y sonrisas murallas. Con las piedras de los comentarios irónicos y mordaces. Con las piedras de la lujuria: entre brazos ajenos, a horcajadas. Desencajando la faz y rompiendo la garganta sobre el lecho de todo el amor asesinado a base de noes y huidas. Huir de vidas grises y refrigeradas. Huir del dolor en nombre de nuestro deber social.

martes, junio 10

El fin del mundo

Al descolgar esa foto, descolgó todo el amor que había en este condenado mundo.
Jamás pudo imaginar esa casa sin esa foto, sin ellos dos juntos. Eran la excepción que confirmaba su regla.
Al descolgar esa foto... se fueron apareciendo poco a poco los recuerdos, más vívidos que nunca. Los recuerdos de treinta años menos doscientos cuarenta días: los fines de semana de playa, los viajes hacinados en la Iveco, los días de reyes los cuatro juntos en la cama. JUNTOS.




Al ver como descolgaba esa foto supo que ya había muerto la esperanza.