jueves, septiembre 9

La hora de las siluetas

Faltan unos minutos para que amanezca y el paisaje infinito y ayer colmado de detalles no es más que un decorado de contrapuestos cartones. De siluetas inmoviles cruzadas por los los fríos cables de alta tensión. Las luces tintinean -cada minuto menos poderosas, luchando inútilmente contra un sol naciente pero omnipotente, que vuelve a dotar de gloria a los cartones, teñidos de gris hace apenas unos minutos-.
Como si se tratase de un impresionista francés, va coloreando, con sus rayos magistrales, en detrimento de esos danzarines puntos de color en los que son convertidos los burgos al caer la noche.

1 comentario:

El Peregryno dijo...

He vuelto a la civilización, y no te encuentro ¿Dónde estas cenicienta sin azucarar?
Saludos del que pisa mentiras como hojas de árbol caduco.