sábado, junio 6

Ángeles caídos

Es tan injusto que el cielo escupa uno de sus ángeles sólo para que lo mancille la vida.
Es tan injusto ver como el dolor se ha incrustado en ti, esculpiéndote de forma macabra, cuando ayer eras solo dulzura. 
¿Te acuerdas de cuándo jugaba a imitarte? ¿De cuándo me subía a tu cama? ¿Te acuerdas cuándo todo eran palmas y risas? 
Ojalá existiese Dios, algún dios... que hiciese que con un poco de mi fe perdida -reencontrada por ti si fuera necesario-  el milagro: borrar de tu alma cándida todo el dolor. Innecesario, gratuito, mezquino. 
No puedo más que llorarte con toda la pena egoísta de mi alma, porque quisiera retenerte en mis brazos por un instante eterno en el que no existiese ni el dolor, ni la injusticia, ni la nada. Tan sólo un instante eterno en el que vislumbrar por última vez tus alas. 


1 comentario:

Javier Güell dijo...

Recuerda que los ángeles no son de este mundo... Te quiero mi niña