
Los tic tac del reloj se ahogaron en la suma de tus cafés,
En las concatenaciones de nuestras miradas,
Y en sensaciones inenarrables que nosotros nos empeñamos en vestir con palabras.
El humo sagrado de nuestros cigarros,
Empañó, dando un brillo misterioso a todo eso que tiene que estar guardado.
Mientras, fuera, en el mundo,
El sol estaba siendo tragado por la tierra.